La idealización sobre lo ideal es algo completamente recurrente en nosotros los seres humanos. Y la idealización va también asociada a la perfección, aunque la percepción que se tenga de ésta última varíe considerablemente desde la visión particular de cada individuo.
Así pues, como es algo presente en nuestro día a día, en cada actividad que realizamos, lo que deseamos, y demás, podemos afirmar que la idealización sobre el juego de bingo es además una realidad.
Nos deseamos como buenos jugadores de bingo, queremos ganar pero sin invertir demasiado, queremos disfrutar del juego sin las presiones absolutas de las obligaciones cotidianas, queremos ver llenos nuestros cartones de bingo para que solo se escuche nuestra voz cantando ¡Bingo!
Pero el jugador de bingo ideal, es aquél que además de tener claros sus objetivos, los persigue, los consigue a partir de la planeación y perseverancia sobre ellos.
Puede resultar muy sencillo afirmar: ¡Yo quiero!, ¡Yo necesito! ¡Yo deseo!, pero quizás no tan fácil el: ¿Cómo lograrlo?, y pues está claro que la mejor opción no es la posición pasiva.
El jugador ideal, tiene la determinación para saber cómo serlo y mantenerse con dicho título. ¿Y quien dice que el jugador de bingo ideal no pierde?, pues bien, éste es capaz incluso de caer y levantarse muchas veces, convencido de que las dificultades lo llevarán a un nivel profesional de juego en las salas de bingo.
La invitación, que dejamos abierta a nuestros lectores, es a evaluarse, evalúe su juego, y evalúe su actitud frente al mismo, sólo conociéndose podrá plantear mejor sus objetivos en las apuestas en bingo y conseguirlos.